Lo primero es tener la materia prima al lado. Los ingredientes pueden variar mucho y eso ya es a gusto de la persona y dependiendo de los aceites y mantecas usados será la dureza del bálsamo y la cantidad de cera de abeja utilizada también.
Otra cosa a tener en cuenta es el clima. Si queremos hacer un bálsamo para proteger nuestros labios en pleno invierno a 2 grados, no podemos darle la misma dureza que a un bálsamo que usemos a 35 grados en la playa.
Sabiendo esto y la experiencia que es la madre de la ciencia... continuamos...
Cortamos la cera de abeja en trocitos y fundimos al baño maría. |
En este momento añadiños el karité también cortado en trocitos y terminamos de fundir todo. |
Vertemos en un molde y ya tenemos nuestro bálsamo para ir a la playita. |
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